miércoles, 8 de septiembre de 2010

Tomando confianza


(Román y Paula sobre las manos)

Tenemos que apurar cada día para que Paula y Román se habitúen a nuestra presencia, y a ser posible la busquen, así luego en su nuevo destino harán las delicias de los niños. Ya no son tan ariscos, y no se asustan casi nada cuando los cogemos, incluso aceptan quedarse un buen rato encima, acostándose. Comen perfectamente de nuestra mano, así que la cosa va bien.

En el mes que tienen de vida ya han empezado a mostrar su personalidad; Román (¿será realmente un macho?), el mayor, se muestra más tímido que Paula. Es quien más se asusta, y curiosamente se parece a su papá Walter (¿por ser macho? ¿por ser blanco?), tanto en ese timidez como por ejemplo en aceptar agua y beber con mucha más frecuencia que Paula. También es el menos activo, se queda amodorrado con facilidad, y prefiere a menudo estar tumbado que corretear o volar. Paula (¿será realmente una hembra?), es quien nos busca con más afán, come con mayor habilidad, y mantiene un nivel de actividad mayor.

La suerte es que los papás, Walter y Amélie, aceptan bastante bien la presencia de sus crías, y por ejemplo duermen las cuatro tórtolas en el balcón; en cambio Junior tiene que mantenerse siempre bien separado de sus padres, y también de sus hermanos, a los que picotea si nos descuidamos. Indudablemente las tórtolas son un ejemplo de buenas relaciones amorosas, pero en absoluto de buenas relaciones familiares.