lunes, 31 de octubre de 2011

Walter se ha hecho daño en un ala

(Walter y Amélie tomando el sol de otoño encima de un tiesto.)

De las tres tórtolas, quien peor vuela es, sin duda, Walter. Cuando llegó a casa apenas si podía hacerlo, pues posiblemente el jaulón donde vivía no se lo permitía. Era gracioso verlo aletear, levantándose del suelo a duras penas y haciendo un ruido enorme, como quien mueve un abanico con denuedo. Parecía uno de aquellos pioneros de la aviación con sus locos cacharros, que por más que los movían no se despegaban ni un palmo. Poco a poco eso cambió, y su habilidad ahora es mucho mejor que al principio. Pero con las alas las tórtolas hacen algo más que volar: también se pelean. Después de todo, son sus extremidades superiores, y en sus disputas territoriales las emplean para atacar y defenderse. Precisamente en estos días la rivalidad de Junior con sus padres ha venido trufada de escaramuzas, y en una de ellas el pobre Walter se ha decho daño en su alita izquierda. No creo que esté rota, porque la mueve e incluso se atreve a intentar volar, pero claramente le duele, y se caído al suelo un par de veces.

Resulta de lo más interesante ver cómo afronta su invalidez esta ave, y la reacción de Amélie, su pareja. Esta última lo acaricia y claramente intenta consolar, acompañándolo más de lo que haría si estuvese sano. Walter por su parte trata de moverse lo menos posible, y aunque tiene menos apetito hace lo posible por comer. Solo si Junior se acerca mucho le planta cara y trata de aparentar unas fuerzas que no tiene, pero hacemos lo posible por que estos episodios no se produzcan y repose todo lo que pueda. Perfectamente su comportamiento nos puede servir de modelo en caso de enfermedad o accidente, sus enseñanzas son estas:

1) Aceptar con naturalidad el hecho mismo de la enfermedad o invalidez, es un hecho que forma parte de nuestra realidad.
2) Cambiar nuestro comportamiento habitual, de modo que se favorezca todo lo posible la recuperación.
3) Ayudar a los enfermos o incapacitados con naturalidad y dulzura, prestándoles más atención mientras estén en esta situación.
Creo que si realmente hiciéramos esto, nuestra salud física y mental nos lo agradecerían. 

Seguro que muy pronto Walter volverá a estar bien.

domingo, 9 de octubre de 2011

Relevo en el nido.

Para que las puestas de huevos sean lo menos frecuentes posibles, tenemos la estrategia de dejar tanto a Junior como a Amélie que empollen unos huevos falsos que cambiamos oportunamente; en realidad son huevos pasados de fecha. Junior, pobre, tiene que quedarse sola en el nido, pero Walter y Amélie se relevan cada día a horas fijas para hacer el empolle; concretamente durante la noche es Amélie quien se queda sobre los huevos, y a la mañana, cuando Walter ya ha desayunado, acude puntualmente al nido y hace el relevo con su pareja. Este acto, tan simple y repetido, no deja de tener su encanto, pues durante unos instantes las dos tórtolas se acicalan e intercambian unas caricias. En este vídeo puede verse este momento; es interesante observar al final cómo Amélie sale volando de modo explosivo, ¡le encanta hacer eso!