jueves, 5 de julio de 2012

Vencejos a salvo

Entrada al centro "GREFA", en Majadahonda, Madrid

Prometí contar lo que pasaba con los polluelos de vencejo (definitivamente lo son), a los que bautizamos "Pedro" y "Pablo", independientemente del sexo que puedan tener. Como recordaréis, se cayeron o tiraron del nido el viernes y el sábado pasado, y los encontramos en el mismo sitio, en el callejón junto a la puerta de mi casa en Toledo. Tal vez sus padres los abandonaron, porque es mucha casualidad que se tirasen los dos. Bueno, sea como fuere, el caso es que (como me pasó con Amélie cuando entró a casa por la ventana), pasé en poco tiempo de inexperto absoluto a casi entendido en la cría de vencejos.

Al ser un pájaro insectívoro, no se puede dar pan ni semillas, y tras consultar en Internet probé con una dieta a base de comida de gato remojada y jamón york muy picadito. Aunque al principio comieron esto con buen apetito, pronto vomitaron todo lo que se les daba (con enorme esfuerzo, además, pues había que abrirles cuidadosamente el piquito y meterles lo más profundo que se podía un poquito de alimento), por lo que optamos por darles solamente gotitas de agua, que estas sí, bebían con avidez. Lo cierto es que a los dos o tres días, el domingo por la noche, conservaban más o menos su peso inicial, y parecían en buen estado, incluso más despiertos.

Ya advierten en internet que criar un vencejo no es cosa fácil, aunque si sobreviven las primeras 24 horas es muy buena señan; el problema es que comen exclusivamente insectos y gusanitos, por lo que proponen que se les facilite esto, es decir, grillos (que son muy caros), y gusanos de la harina (un poco más baratos). La crianza, hasta que puedan volar por sí mismos y emigrar a África, duraría más o menos un mes. Y no es que me resulte muy seductora la idea de tenerlos en casa junto a las tres tórtolas, comprarles estos insectos y criarlos, pero para mí es un deber frente a un ser vivo desvalido que depende en todo de mí. Ya estaba buscando direcciones de tiendas especializadas en insectos y demás cuando encontré en un foro direcciones de centros de recogida de aves, para su recuperación. Claro, yo sé que esto existe, pero siempre pensé que era para águilas y aves "importantes"; pero resulta que los vencejos son una especie protegida, y también los acogen para su recuperación, ¡albricias!

El domingo pasado por la noche (tras el triunfo de España en la Eurocopa), llamé por teléfono a un centro de recuperación de aves de Madrid: se llama "GREFA", y atienden las  24 horas. Tras comentarles el caso, me dijeron que por supuesto podía llevarle las crías al día siguiente, pero que lamentablemente, por eso de los "recortes", no podían venir a domicilio por ellas. No necesitaba tanto, y el lunes a primera hora los llevé a este hospital de aves, que está en Majadahonda, a unos 12 km. de Madrid. El centro está situado en un pinar, un paraje protegido, y lo poco que vi me gustó, parece un sitio funcional con buenas instalaciones. Antes, había leído lo que hacen a través de su web; me dio mucha confianza saber que el año pasado sacaron adelante más de ochocientas crías de vencejo, ¿dónde iban a estar mejor Pedro y Pablo?

Tras rellenar unas fichas, se quedaron en el centro, no sin antes darme unos números de referencia, por si en un futuro quería saber si habían salido adelante, cosa que ahora creo más que posible.

Además, en la misma visita me hice socio de GREFA, por solo 35 euros anuales pagas la cuota anual, trataré de animar a la gente para que se asocie también, ¡estos sitios son imprescindibles!

Podéis mirar todo esto en www.grefa.org  , ¡animáos!

Como suele suceder con los animales, este par de pollitos de vencejo me han dado más de lo que yo a ellos, ahora me siento feliz por haber descubierto este sitio, incluso me estoy planteando, si mis escasos ahorros dan de sí, apadrinar algún animalejo, cosa que es a partir de 90 euros... ya veremos.

domingo, 1 de julio de 2012

Dos aviones o vencejos se han caído del nido




Ayer por la tarde, en Toledo, donde paso los fines de semana, encontré caído al lado de la puerta de casa un pajarito que sin duda es un avión o un vencejo; tenía bastantes plumitas y me lo llevé a casa. La sorpresa fue que hoy en el mismo sitio he encontrado a quien sin duda es su hermano: también se ha caído del nido. Como sus padres no pueden llevarlos a su nido (que estará sin duda a muchos metros del suelo), su única posibilidad es que logre sacarlos adelante. De momento me va bastante mal, porque el pienso de gato remojado en agua, que es lo que recomiendan en los foros para casos como este, no lo aceptan, vomitándolo si les fuerzo a tragarlo. Sé que tienen que comer a menudo, pero sin duda están pasando mucha hambre, los pobres. Mañana trataré de darles trocitos de carne picada y remojada, que dicen que también les gusta. Como ayer era día 29, festividad de san Pedro y san Pablo, hemos decidido llamarlos así, Pedro y Pablo. Si siguen vivos hasta mañana por la tarde, los llevaremos de regreso a Madrid, donde tendrán que compartir casa con las tres tortolitas de mi alma. Es curioso; a pesar de que sé que posiblemente no sobrevivan, se me encoje el alma de pensarlo, tan implicado estoy con sacar adelante a esta pareja de pequeñines. Al menos me queda el consuelo de que su muerte será menos cruel que la que les aguardaba en el suelo, deshidratados, y puede que pisados o comidos por gatos, que hay muchos sueltos.

Ya os contaré cómo sigue la cosa.