martes, 13 de noviembre de 2012

La extraña familia

Amélie, Walter y Moisés.

Moisés ya es, prácticamente, una tórtola adulta, de la que por cierto desconocemos el sexo. En las anteriores crianzas de Amélie y Walter, a estas alturas ya se había producido el rechazo de la cría o crías, quienes no solamente se tenían que alimentar por sí mismas, sino que también se veían forzadas a buscar su propio espacio, siendo atacadas a picotazos si persistían en pedir comida a sus padres, por ejemplo. Sin embargo, el caso de Moisés es diferente. No sé muy bien si se trata de un alargamiento de su status de cría, ya que aún pía y suplica comida a su padre (que a veces hasta se la da), o más bien es una integración en toda regla en lo que ahora sería una familia de tres miembros. Por ejemplo, por la noche las tres tórtolas duermen en el mismo nido, en total armonía. Desde luego con Amélie no hay ni el más mínimo roce, es más, ella permite que Moisés se tumbe a su lado mientras incuba los huevos; y en cuanto a su padre, aunque a veces es evidente que trata de picotearlo, finalmente cede a las protestas y convierte los picotazos en caricias.

En la foto vemos, de izquierda a derecha a Amélie, Walter (en el instante mismo de emprender el vuelo, obsérvese que una pata ya está en el aire), y Moisés. Se aprecia perfectamente que Moisés no tiene collar, y la coloración de sus plumas es más delicada que la de Amélie.

Me encantaría terminar quedándome con Moisés en casa, aunque es muy poco probable. Parece de peluche, es simpatiquísimo, lo adoro.