miércoles, 31 de julio de 2013

Parejas y sexo en las tórtolas

Moisés y Paulo, dos tórtolas macho que forman pareja

Como sabéis, por razones de salud tuve que dejar mis tórtolas en el Indiana Park, una granja escuela donde viven felices. Allí se encontraron con un par de tórtolas, Moisés y Paulo. Por tanto, se ha formado una pequeña colonia de cinco tórtolas, dos hembras (Amélie y Junior), y tres machos (Walter, Moisés y Paulo). Salvo Amélie y Walter, que no tienen nada que ver entre sí, el resto están emparentadas, ya que Moisés. Paulo y Junior son hijos de Walter y Amélie.

La única pareja que yo conocía era la de Walter y Amélie, bien consolidada. Junior no tenía pareja, y por otra parte Moisés y Paulo son dos machos... yo pensé que, con el tiempo, alguno de ellos se convertiría en pareja de Junior, o tal vez los dos. Y me equivoqué.

Tras unas semanas de convivencia, lo que ha ocurrido es esto:

 * Walter y Amélie siguen siendo pareja, suelen estar juntos y se acicalan amorosamente; no obstante Walter, como buen macho, trata de copular con todo lo que se le pone a tiro, incluyendo las perdices blancas con las que comparte espacio.

* Junior no tiene pareja, pero se deja querer por Walter, su padre, con quien copula regularmente. De hecho, en mi casa también ocurrió alguna vez, en cuanto me descuidaba ahí estaba Walter... la diferencia es que ahora Walter acaricia y acicala a Junior, quien sería algo así como su "segunda esposa".

* Moisés y Paulo forman pareja y no se interesan por las hembras. Esta es, quizá, la relación mas sorprendente. Moisés, que se ha convertido en una tórtola grande y preciosa (si leéis el porqué de su nombre comprenderéis que es muy fuerte), es bastante sociable porque nació en mi casa, se deja coger y acariciar... pero siempre regresa al lado de Paulo. A su vez Paulo, mucho más tímido, no se deja coger con facilidad. Paulo estuvo solo mucho tiempo, hasta que llegó Moisés, y ambos han formado una pareja cerrada y fiel, indiferente a las hembras. Incluso comparten un nido para dormir.

Por tanto, si bien la convivencia de los dos machos fue forzada durante unos meses, ahora que tienen dos hembras susceptibles de conquista vemos que siguen prefiriendo su relación homosexual, algo interesante como comportamiento. Y parecen muy felices :-)

martes, 9 de julio de 2013

Reencuentro con tres dulces amigas

Con Walter, Amélie y Junior

Moisés

Paulo

Walter y Amélie

Walter y Junior

Por fin el pasado 29 de junio fui al Indiana Camp y me reencontré con mis queridísimas tórtolas, a las que hacía ya dos meses que no veía, desde mi hospitalización forzosa. En este tiempo mis pulmones se han recuperado casi por completo, aunque sigo en tratamiento con corticoides.

El encuentro fue muy emocionante, hubo lágrimas, y pasé una hora en compañía de estas amigas a las que tanto, tanto, echo de menos a diario. Su reacción en cambio fue muy serena; me reconocieron sin duda, pero en este tiempo se han adaptado a su nueva situación, están bien, y posiblemente su vida ahora es más natural que con nosotros en el piso. Comparten un amplio jaulón, en realidad una habitación grande, con otras aves más, como gallos y perdices blancas, pero no hay competencia entre ellas.

Son cinco las tórtolas que viven juntas, nuestras queridísimas Amélie, Walter y Junior, y además Moisés y Paulo, dos machos también hijos de Amélie y Walter, y por tanto hermanos de Junior, aunque de camadas distintas. Paulo era el más tímido, y no se dejaba coger, mientras que Moisés lucía un plumaje espléndido y un tamaño envidiable, sin duda la tórtola mayor de esta pequeña familia.

Aunque solo estuve una hora con ellas, pude darme cuenta de cómo han evolucionado las relaciones entre las tórtolas en este tiempo, y resulta lo suficientemente curioso como para hacer otra nueva entrada al blog, que prometo escribir pronto.

Salí con la tristeza de sentir cómo he perdido la convivencia con estos pequeños pero magníficos amigos, que han dejado un hueco enorme en nuestras vidas, pero también con la satisfacción de saber que ellas son perfectamente felices en su nuevo entorno. Han sido cuatro años de convivencia perfecta, y siempre formarán parte de mi vida.