martes, 9 de abril de 2013

Enfermedades a causa de la tórtolas: 2 - Neumonitis por hipersensibilidad

Walter y Amélie en casa
Además de la psitacosis, hay una segunda afección que puede contraerse por convivir con tórtolas: la neumonitis por hipersensibilidad. Se trata de un problema que afecta a personas especialmente sensibles a las proteínas de estos pájaros (plumas, heces), es decir, que mientras que la mayoría de las personas pueden convivir con tórtolas sin enfermar, algunos individuos desarrollan en su presencia una especie de alergia pulmonar que puede llegar a ser muy grave.

Por supuesto esto no ocurre solo con las tórtolas, puede darse también frente a otras sustancias: hongos, aire acondicionado, madera, y por supuesto también con otros pájaros (parece ser que en Cataluña están dándose casos con los estorninos de los parques), pero por lo que a mí respecta me referiré en adelante solo a lo que tenga que ver con tórtolas.

Por tanto, las tórtolas no están enfermas ni transmiten ninguna enfermedad como tal, sino que son los afectados quienes, a causa de una reacción frente a ellas, desarrollan por sí mismos la enfermedad.

La enfermedad puede presentarse de varias formas, que se clasifican en tres: aguda, subcrónica y crónica. La forma aguda es aquella que aparece a las pocas horas (de 4 a 8) de ponerse en contacto con las tórtolas. Hay que tener cuidado con esto, porque podría alguien llegar a mi casa, tomarse un café, marcharse, y ya en su casa notar los síntomas, que serían estos:

   - Sensación de mal estado
   - Tos seca (es decir, sin esputos)
   - Disnea (es decir, falta de aire, que suele aparecer al hacer esfuerzos)
   - Fiebre
   - Dolor torácico
   - Escalofríos

La forma subcrónica, que si tengo mala suerte sería la mía, suele aparecer con exposiciones continuas, no necesariamente masivas (y tres tórtolas son pocas). En este caso los síntomas son:

   - Malestar general
   - Astenia (sensación de cansancio físico y mental)
   - Pérdida de peso
   - Tos seca
   - Disnea (falta de aire) que puede ser grave y requerir hospitalización.

Tanto la forma aguda como la subcrónica pueden evolucionar a una tercera, la forma crónica, que no voy a describir, pero baste decir que es algo gravísimo que puede llevar incluso a la muerte, en definitiva es la destrucción del pulmón.

La cuestión es que una inflamación de pulmón (una neumonitis) puede ser causada también por algo muy diferente, por ejemplo una infección por bacterias o virus. Y claro, para mí es fundamental averiguar si lo que tengo es o no debido a las tórtolas. Por tanto, para diagnosticar la enfermedad, es necesario realizar una serie de pruebas:

   - Las radiografías no aportan mucha información.
   - El TAC en cambio sí puede dar una imagen más precisa.
   - Análisis varios de laboratorio, para establecer si hay muestras de reacción frente a las sustancias propias de las tórtolas.

Por último, mencionaré que esta enfermedad no es muy común, y suele darse, sobre todo, entre cuidadores de aves (trabajadores en tiendas de animales o granjas avícolas).

Ya sería mala suerte que yo la padeciera, porque significaría que debería trasladar mis tórtolas fuera de mi casa (supongo que irían a la granja escuela de mi primo, el Indiana Camp, donde andan descendientes de Walter y Amélie). Ni qué decir tiene que eso me rompería el corazón.